"Han sido los pueblos pequeños los núcleos de las culturas más poderosas, como diría el poeta inglés Lord Byron -Dios, como los cosecheros no sirven la esencia concentrada en copa grande-. Basta recordar en lo antiguo a la cultura tartesa o la cretense; y en lo más moderno, los Países Bajos, Dinamarca, Suiza".
Blas Infante, "Andalucía, Teoría y Fundamento Político".

martes, 25 de enero de 2011

BLAS INFANTE: DÍA DE LA PAZ

Blas Infante: “Andalucía, Teoría y Fundamento Político”.
Cuando los españoles en Cuba o en Haití, país angélico, traicionaban pactos y exterminaban razas, ¿era la cultura superior de los españoles la que allí imponía superioridad? No. En aquel instante era la cultura del pueblo indio la superior, porque venía a encarnar en la angustia tremenda de su impotencia infantil, la justicia atropellada, el dolor escarnecido, los dioses violados, la ingenuidad pervertida, la pureza profanada: valores culturales.

Andalucía abre para el mundo otra Edad, la del Bronce, de la cual ella es la inventora. El pueblo Tartesio descubrió el modo de endurecer el cobre por la adición del estaño, transformándolo en bronce. A esta época y a las anteriores pueden referirse los reyes míticos de Andalucía: Hespero, Gárgoris, Occéano, Sol, Gerión, Noraz y Habidis.
La población de Tartesia, antes y después de los tirios, debió ofrecer un aspecto cosmopolita. Primeros tiempos: etíopes, libios, egipcios, mediterráneos y gente oriental. Más adelante tirios, judíos, sirios, asirios, pero sobre todo judíos.
Todos coinciden en señalar como uno de sus caracteres predominantes la falta de sentido y de aptitud bélicas. El carácter más aparente de la Historia de los Tartesos es la falta de sentido bélico. Fueron un pueblo enteramente antiguerrero, entregado por completo, a las artes de la paz.
La índole pacífica de los tartesios ofrece un aspecto muy loable y simpático en la cordial hospitalidad con que reciben al extranjero.
Entre los dioses tartesios no existe, pues el combate y la contradicción continúa que hay entre los dioses posteriores del Olimpo griego. Tartesia, pueblo antibélico, proyecta su pacifismo al cielo de sus deidades. Consta que el principal dios de Tartesia, dios universal, parece haber sido Cronos, al cual erigieron estatuas en Gibraltar y Cádiz de bronce.
El culto al Sol resiste en Andalucía a todos los tiempos. En cualquier expresión artística, árabe o cristiana, por ejemplo, aparece siempre el Sol reproducido.
Andalucía era una potencia cultural y libre y, al fundirse con Roma, ayudando a ésta a prosperar en su contradicción contra los demás pueblos peninsulares, Lusitania y Celtiberia, defendía en contra de éstos su libertad y rango de potencia cultural.
Han sido los pueblos más pequeños los núcleos de las culturas más poderosas o admirables. Basta considerar en lo antiguo a la cultura tartesia o a la cretense y en lo moderno a Los Países Bajos, Dinamarca o Suiza.

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